El dólar se precipita a mínimos de julio a pesar de la inminencia de nuevos aranceles sobre China
Como en las semanas anteriores, la disputa comercial entre Estados Unidos y China sigue siendo el factor clave que afecta el sentimiento del mercado y ninguno de los dos países muestra señales de retroceso, alimentando las preocupaciones de que las dos economías más grandes del mundo están en una espiral de conflicto comercial que podría sacudir la economía mundial.
Según un reporte del Diario americano WSJ, China podría negarse a participar en una nueva ronda de negociaciones con Estados Unidos, si este último impone nuevos aranceles sobre bienes chinos ya que no negociará bajo amenazas. Por lo que si el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anuncia nuevos aranceles no se avanzará en nuevas negociaciones con China y el dólar seguirá sobrecomprado.
Segun Bloomberg, Estados Unidos anunciará este lunes que impondrá un arancel del 10 por ciento sobre bienes por valor de 200.000 millones de dólares, contra lo que Pekín ya ha dicho que tomará represalias, de acuerdo con tres personas familiarizadas con la decisión.
El Índice dólar se precipitó a mínimos de julio en la jornada de hoy en 94,06 a las 18:13 (GMT +2) con una variación porcentual de 0.47 con lo cual sede fortaleza a la mayoría de sus pares.
Recordemos que el dólar ha visto un aumento en la demanda debido a que ha sido considerado como activo de refugio seguro, ante la escalada de tensiones comerciales globales entre Estados Unidos y sus principales socios comerciales, con la creencia de que Estados Unidos tiene menos que perder en la disputa.
Igualmente en es probable que Japón y Estados Unidos celebren una segunda ronda de conversaciones comerciales el viernes entre el ministro de Economía, Toshimitsu Motegi, y el representante comercial de los Estados Unidos, Robert Lighthizer.
Tokio quiere evitar fuertes aranceles sobre sus exportaciones de automóviles y ahuyentar las demandas de Estados Unidos de un acuerdo bilateral de libre comercio. Las crecientes tensiones sobre el comercio mundial podrían socavar la confianza en la economía japonesa que depende de las exportaciones.