El apetito por el riesgo mejora y el dólar se desliza
Tal y como se decía desde el sábado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó el día de ayer la imposición de un arancel del 10 por ciento sobre alrededor de $ 200 mil millones en bienes chinos la próxima semana y el aumento de dicha tasa al 25 por ciento en el 2019, profundizando lo que se perfila como una prolongada guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo.
Si Pekín toma represalias contra los agricultores y la industria de Estados Unidos, habrá más aranceles sobre unos $ 267 mil millones de importaciones chinas, según indicó el presidente Donald Trump en un comunicado el lunes.
Contrario a semanas anteriores donde el dólar aumentaba tras la imposición de nuevos aranceles, en esta ocasión el índice dólar cerró la jornada de ayer bajista en 94.49 y ya se mantiene bajista en las primeras horas de la sesión de Londres, alcanzando un mínimo en 93.93. Actualmente cotiza en 94.05 con una variación porcentual de 0.03 (8:57 GMT+2).
Desde el comienzo de esta ola de aranceles comerciales las compras del dólar se estimulan por la reducción del apetito por el riesgo y el temor de que haya un impacto mayor en los mercados financieros. Por esa razón, las compras del dólar aumentaron al considerarlo un activo de refugio en la creencia de que Estados Unidos tiene menos que perder en todo esto.
En la actualidad, la caída del dólar se debe a la mejora en el apetito de riesgo, a pesar de que las tensiones comerciales también están perjudicando la economía de Estados Unidos, con las empresas estadounidenses criticando fuertemente los aranceles.
Los efectos en la economía americana comienzan a mostrarse a medida que el sector manufacturero en la región de Nueva York experimentó una desaceleración significativa en septiembre. Con el gasto del consumidor y la inflación también debilitándose, la Reserva Federal puede optar por renunciar a un alza en diciembre después del ajuste que se llevará a cabo la próxima semana.
El dólar podría continuar extendiendo sus pérdidas frente a las monedas principales, excepto el yen, que también se beneficia del apetito por el riesgo. Sin embargo, si China toma represalias, la aversión al riesgo podría volver rápidamente.